Son momentos para mirar dentro de nosotros mismos e identificar quiénes somos y qué sentimos y analizar nuestras emociones, dentro de esta incertidumbre en las que estamos inmersos, para poder normalizarlas en búsqueda de la RESILIENCIA.
Es bueno escribir, aunque no sea bonito, incluso sin pensar. Desarrollamos nuestra comunicación escrita, pero sobre todo nos ayuda a conectar con nosotrxs mismxs.
Escribid cómo os sentís, qué emoción os inunda, qué pensamiento os provoca.
Dejad que fluyan los sentimientos y pensamientos a través de la escritura y desahogad a vuestra alma.
Podéis hacerlo de manera matutina, a primera hora de la mañana. Una media hora escribiendo sin pensar, sólo vaciando el pensamiento. Al principio puede ser de esa forma. Es un alivio, un respiro a vuestra mente. Y después, poco a poco será más fácil, e incluso, quién sabe, le podéis dar forma y que sea bonito y su lectura sea gratificante.
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